La Judería de Jaén se encuentra en el actual Barrio de Santa Cruz, es una parte del Conjunto histórico de Jaén que ha sido declarado Bien de Interés Cultural y que albergó la comunidad judía en la Edad Media. Esta judería fue una de las más importantes de Andalucía, en ella existió una gran comunidad judía en la época del Califato de Córdoba, en el Al-Andalus de la Edad media y esta huella ha permanecido en cada rincón de sus callejuelas.
Recorrido por la Judería de Jaén
La judería de Jaén tenía 3 puertas de acceso, una de ellas es la Puerta de Baeza donde actualmente se encuentra la Plaza de los huérfanos, en ella te sorprenderá una gran menorá (candelabro judío de siete brazos) en homenaje al pueblo judío de la Diáspora (judíos que tuvieron que dispersarse por el mundo) y al que hace referencia el escrito que acompaña la menorá: “Las huellas de quienes anduvieron juntos, nunca podrán borrarse”.
Junto a esta estatua homenaje se encuentra el puente que fue construido sobre los restos arqueológicos de la Puerta de Baeza, la antigua puerta de la muralla medieval comunicaba la judería jiennense con el exterior de la ciudad. El puente simboliza, tanto la entrada y salida de los judíos a su barrio, como un puente entre culturas diferentes que un día convivieron juntas.
Ascendiendo por la Calle de San Andrés nos topamos con el Callejón del Gato, a sus espaldas se encuentra la Iglesia de San Andrés que según apuntan varios indicios, fue una sinagoga en sus inicios. Si continuamos hasta el final del Callejón del Gato llegamos a la Plaza del Rostro donde se sitúa la estatua homenaje a Hasday Ibn Shaprut.
Hasday Ibn Shaprut fue médico, farmacólogo, políglota, embajador, príncipe de todas las comunidades judías de Al Andalus, en las que impartía justicia; su figura está presente en toda la Judería de Jaén, ya sea en la estatua de la Plaza del Rostro o en la Estrella de David en la fachada de su casa situada en la Plaza de la Magdalena, donde se dice que nació hacia el año 915.
Junto a la Casa de Hasday Ibn Shaprut se encuentra el Raudal de la Magdalena, fuente de agua natural que ya abastecía a la ciudad en tiempos romanos y que hasta el siglo XIX fue la principal fuente de agua potable.
En este raudal es donde se cuenta que tuvo lugar cuenta la famosa leyenda del Lagarto de Jaén.
Frente a este raudal se encuentra la iglesia que lleva su nombre y que albergó una antigua mezquita de la que se conserva aún el patio de abluciones.
Si continuamos paseando por las callejuelas estrechas, descubriremos el Convento de Santa Clara cuya fachada trasera ha sido identificada como restos de otra de la sinagogas en la Judería de Jaén en tiempos medievales.
Próxima a este convento se sitúa la Fuente de los Caños, escondido en uno de los rincones de la judería, en la misma plaza donde se encuentra el alminar de una mezquita y los Baños del Naranjo (antiguo baño islámico).
Otros de los baños que nos encontramos en la Judería de Jaén, son los famosos Baños Árabes de Jaén, del siglo XI (los más grandes conservados en Europa) y que eran utilizados los viernes por los judíos.
También hay constancia de que cerca de la Iglesia de San Andrés existieron otros baños, conocidos como el Hammam ibn Ishaq (baño del hijo de Isaac), que eran de la misma época que los Baños Árabes situados en el Palacio de Villardompardo.
En la Judería se han realizado multitud de excavaciones, llegándose a encontrar objetos de la cultura sefardí como un puntero antiguo, utensilio que usan los rabinos para la lectura de la Torá (Ley Judía).
Los judíos dejaron una gran huella en Jaén, prueba de ello es por ejemplo su gastronomía. Para terminar de empaparte de su cultura y finalizar el recorrido por la judería, puedes degustar los platos del Restaurante Bomborombillos que ofrece preparaciones inspiradas en la cocina Sefardí y está incluido en la Guía Michelin.